Hace ya algunos años se hablaba de los Mass Media y su utilidad en la educación, y cómo de esta forma la televisión y otras tecnologías que surgieron posteriormente incidirían y provocarían un proceso revolucionario en el sistema educativo.
Es común observar que, en muchos casos, la computadora, los vídeo proyectores, las pizarras interactivas y otros medios que se mencionen no han sido más que sustitutos de los carteles, el franelógrafo, los libros de texto o cualquier otro medio didáctico que hace algún tiempo ya había surgido y empleado.
Ciertamente como en algún momento dijo Nicholas Johnson, profesor norteamericano y comisionado de comunicaciones: "Toda la televisión es televisión educativa. La pregunta es: ¿Qué es lo que enseña?".
De igual forma, parafraseando al Señor Johnson, la internet es educativa, lo que vale preguntarse es ¿Qué enseña? Actualmente niños y adolescentes tienen acceso casi ilimitado a internet por medio de dispositivos móviles, con la diferencia de que, a pesar del contenido de la televisión comercial, en éstos últimos existe menor control de la familia, las escuelas y cualquier otra institución formadora o educativa. Su uso generalmente es individualizado y a menudo privado, sin que padres y maestros sepan qué ven o hacen sus hijos o alumnos con ese recurso. Más aún en algunos centros educativos está prohibido al estudiante, el uso de tales dispositivos en el plantel docente, favoreciendo o propiciando el "uso inadecuado o mal uso" del recurso.
Es posible entonces que internet haya tenido pocas experiencias exitosas en el sistema educativo actual. Más aún, no toda la información publicada en Internet es fiable. Esto es algo que deberían saber todas las personas, aunque seguro que muchas de ellas lo desconocen. Cuando alguien realiza una búsqueda en internet quiere un resultado rápido a una consulta, a una necesidad de información. Pero, ¿cómo se sabe si la información encontrada es válida o no? Muchas veces se dejan llevar por su intuición o por la posición de los resultados, sin embargo, actualmente cualquier persona puede escribir y publicar en internet y posicionar una página en un buscador es algo relativamente simple. Por lo tanto, el aprendizaje utilizando este medio requiere de acompañamiento y asesoría de un especialista en el campo.
Cuando se habla de educación, generalmente se responde a problemas o crisis que requieren de un proceso de transformación educativa. El asunto es que el sistema educativo de cualquier país o estado responde a los intereses de un proyecto político, en algunos países del llamado tercer mundo el sistema o modelo educativo, cambia según el gobierno de turno o bien se procura globalizarla según el área de influencia de la población en el mundo.
El modelo educativo requiere de nuevas perspectivas y ello no se logra con discursos o políticas en el papel, ni significa agregar una "e-" al inicio del término en inglés. Tampoco la solución es adquirir equipos tecnológicos tal como citan Cristóbal Cobo y John Moravec: "La educación demanda una mejora ecológica, sistémica, de largo aliento y que a la vez resulte inclusiva."
Mucho se habla de creatividad en el sistema educativo, donde la evaluación no es más que medición aplicada de igual forma a todos los estudiantes, con idénticos instrumentos, donde se favorece la retención de datos (no información), porque información es el procesamiento y análisis de datos. Acaso existe alguna institución educativa, en la que se propicie el uso de internet durante la realización de una prueba. Más aún, cómo podemos hablar de creatividad en el sistema si la mayoría de los docentes no son creativos.
Tampoco podemos olvidar que el sistema educativo graduado responde al modelo de la sociedad industrial, con su división por niveles, asignaturas y actividades calendarizadas.
Despersonalización del proceso educativo, cada vez más estudiantes en el aula, profesores repetidores de datos, no hay aprendizaje individualizado, incorporación de tecnologías a viejas prácticas, por ejemplo, computadoras, proyectores o pizarras electrónicas con enseñanza centrada en el docente. Se sigue con el modelo de "estanco o reservorio" con acumulación de contenidos desconectados entre sí, con bloques separados y diferenciados tal cual las paredes separan las aulas.
Podemos resumir que Cobo y Moravet centran el contenido de su libro en las siguientes ideas:
1. Aprendizaje basado en problemas. Aprender más allá de un programa de estudio, los libros y la lección impartida por el docente no solamente brinda enormes potencialidades para alcanzar un aprendizaje más significativo, sino que además abre la posibilidad de combinar saberes, disciplinas y puntos de vista. Por otra parte, se convierte en una valiosa herramienta conceptual para convertir otros contextos de interacción en espacios de aprendizaje. Este enfoque, así como la creciente ubicuidad de las tecnologías favorecen la posibilidad de llevar a cabo un aprendizaje permanente casi sin restricciones de tiempo ni espacio.
2. Lo que se amplía no son sólo los contextos del aprendizaje, sino que también los patrones de uso de las tecnologías digitales. Se debe favorecer el uso de tecnologías digitales, sobre todo aquellas que están disponibles en la cotidianeidad. Sin embargo, se debe establecer de manera muy clara cómo y dónde incluir estas tecnologías. Cada vez más experiencias nos indican que el uso de las tecnologías de información en contextos informales (por ejemplo: empleo, hogar, entornos de socialización y ocio) que favorecen la colaboración, la apertura y el trabajo distribuido resultan de especial valor para el proceso de aprendizaje.
3. Las tecnologías deben ser analizadas desde el marco de la generación, actualización y aplicación del conocimiento. Mucho se ha hablado sobre nuevos paradigmas en la educación, no se pueden obviar las siguientes fases: Temor-resistencia por parte de docentes; facilidad de uso de los usuarios de corta edad (“nativos digitales”) y ahora, va permeando con más fuerza la idea de que es necesario desarrollar habilidades y competencias para usar estos dispositivos. Estas destrezas han de ir más allá de la capacidad instrumental y demandan el desarrollo de todo un proceso de alfabetización digital donde el conocimiento se constituye en el eje principal.
4. Generar y distribuir conocimiento en contextos reales. Se deben propiciar acciones que permitan contrastar teoría y práctica como un ejercicio cotidiano. Con ello podemos obtener un conjunto de posibilidades de adquirir micro-conocimientos a través de las interacciones cotidianas (auto-aprendizaje; aprendizaje entre pares; observación, aprendizaje colectivo, y otros). Ello no sólo enriquece el proceso de aprendizaje, sino que además resulta de especial utilidad para las etapas posteriores a su formación (ejemplo: empleabilidad, auto-formación, capacitación y actualización, entre otros).
5. Tomar en cuenta las ventajas de aprender desde la práctica (Por ejemplo, construyendo redes de colaboración a través de tecnologías digitales, intercambio de experiencias, problemas y soluciones a situaciones planteadas mediante el uso de redes sociales). Esto implica comprender el valor de aprender de y con otros sujetos; la observación; así como la posibilidad de experimentar en diferentes contextos se convierten en valiosas fuentes de adquisición y transferencia de aprendizajes tácitos que habrán de complementar la instrucción tradicional centrada en el docente (Aplicaciones tales como vídeos, mensajería, correo electrónico, páginas interactivas para grupos).
Aprendizaje Invisible analiza corrientes, teorías y tendencias, además de experiencias internacionales y desarrollos tecnológicos que promueven una innovación sostenible en la educación. El libro ofrece una recopilación de diversas investigaciones y estudio de casos. Finalmente se puede ampliar sobre el libro accediendo a la página siguiente, y desde ahí descargar una copia digital de totalmente gratuita.